jueves, 30 de diciembre de 2021

 Podrías Probar El Poliamor?

Últimamente el poliamor se ha vuelto muy popular. Y es que no sólo hay cada vez más infidelidades a nivel mundial, sino que hay personas que afirman que el ser humano NO es capaz de ser monógamo. Independientemente de las diferentes creencias que rodeen estas nuevas tendencias sexuales, si es algo que te llama la atención, primero te recomiendo hacerte una serie de preguntas para saber si es algo que podrías probar (o no).

¿Qué tan celosa eres?

¿En verdad podrías tolerar que tu pareja esté con otras mujeres? Ésta es la pregunta más obvia, pero también la más importante y difícil de responder. Incluso cuando no quieras ser celosa o posesiva, la monogamia está TAN metida en nuestra cultura y mentalidad, que es muy difícil cambiar de opinión.

Hasta cierto punto, será difícil saber cómo vas a reaccionar hasta que tú y tu pareja lo intenten. Pero antes de eso, yo te recomiendo hacer en recuento de tus relaciones pasadas y reconocer tus episodios de celos y posesión. Hay varias preguntas que puedes hacerte para probar esto: ¿qué sentiste cuando te encontraste a la ex de tu novio en una reunión? ¿Te sentías incómoda cuando tu pareja hablaba bien de sus compañeras de trabajo? ¿Te irritaba ver que las mujeres coqueteaban con tu novio? Creo que la vida pone a prueba nuestros celos, sólo que no siempre queremos ver la evidencia.

¿Qué reglas quieren poner?

Las relaciones poliamorosas requieren mucha negociación, así que debes estar preparada para hablar abiertamente y con honestidad. La mejor manera de evitar estos conflictos potenciales es establecer algunas pautas desde el principio. Hablen de logística: ¿qué comportamientos están bien? ¿Alguien está fuera de los límites? ¿Pasarán tiempo juntos como grupo y conocerán a sus respectivas parejas?

Hagan una lista de las conductas apropiadas e inapropiadas que podrían llevar a cabo o no, incluyendo los detalles que se darán mutuamente de sus relaciones externas.

 

 

ALGUNAS ESTADÍSTICAS IMPORTANTES


1.-De los hombres que buscan tríos, el 78% de los casos suelen dejarlos plantados o son engañados en la red por hombres disfrazados de pareja.

2.-Más del 80% de las supuestas parejas que chatean en la red son chicos que buscan fotos o charlas cibersex.


3.-El 89% de las parejas que buscan contactos en la red están interesadas en intercambios y no en tríos.

4.-En México más del 79% de las parejas swingers ha ido a los clubes swinger, aunque 26% de ellas prefiere no regresar.

5.-De las parejas swinger en México, aproximadamente el 49% se vuelve habitual asistente a los clubes (incluyendo los hoteles, spas y viajes que funcionan como club), 32% prefiere asistir a fiestas y reuniones privadas entre amigos, 18% tiene encuentros de una pareja con otra luego de salir a tomar algo para ver si hay química (contactando a través de la red o de las revistas) y 1% a través de cam.

6.-El 69% de las mujeres en las parejas swinger en México, practican algún grado de bisexualidad.

7.-El 88% de las parejas swinger practica el sexo con condón.

8.-El 49% de las parejas son matrimonios de verdad o al menos viven juntos, el 36% son amantes permanentes pero no viven juntos (en estas parejas, el 59% de los hombres están casados con otra persona), el 15% son amantes ocasionales o amigos sexuales.



9.-El 58% de las parejas entra al ambiente swinger a instancias del varón, el 18% lo hace a petición de ella, el 24% por casualidad o llevados por la curiosidad y algunos otros factores similares.


10.-El porcentaje promedio de veladas exitosas de las parejas swinger, en las que dicen alcanzar una plenitud sexual, se divide de la siguiente manera:

—El 65% de las ocasiones en que practican el sexo swinger son exitosas entre las parejas que asisten a fiestas y reuniones de amigos


—El 59% de las ocasiones en que practican el sexo swinger son exitosas entre las parejas que asisten a clubes o antros swinger


—El 32% de las ocasiones en que practican el sexo swinger son exitosas entre las parejas que primero se encuentran en un café o bar para ver si hay química.

—El 9% de las ocasiones en que una pareja practica sexo con un tercero (trío)

Comentario:

“Una mujer con la que tuve una charla hace muy poco me dijo esto: – Yo, a mis setenta años, me doy cuenta que dejé de hacer cosas que en la vida no se pueden postergar. Una de esas, quizás la más importante, es el sexo. Viví toda mi vida con un hombre y no me arrepiento, fui feliz y lo amé, pero seguro me iré de este mundo sin saber cómo son sexualmente los otros hombres y qué sentiría yo con ellos.” Un comentario profundo de una mujer que mostraba una delicada e inteligente capacidad de reflexión. Sin duda, muchos pasan por la vida sin saber qué hay más allá del corralito en el que han limitado su sexualidad. Sostienen esta forma de vida basándose en prejuicios o falsos mitos. ¿Cuál es en mi opinión? La mayor ventaja de practicar el swinger fue, sin duda, que me permitió conocer mi sexualidad a fondo. Esto parecerá un comentario individualista, que no toma en cuenta a mi esposa, pero es cierto, no sólo creó una situación maravillosa en mi pareja sino que también me benefició como individuo. Pude recorrer el camino del placer, conocer gente dispuesta a gozar y perder todos los miedos y tabúes sobre el sexo. Gozar del cuerpo no sólo es sano sino que, de alguna manera, alarga la vida, nos mantiene jóvenes en espíritu, permite surgir nuestras fantasías, deseos ocultos, nos pone frente a la tentación y nos dejamos llevar sin miedo, desechando las culpas. Ser swinger me permitió valorar más a las mujeres y abandonar esa vieja y perimida idea del macho, que me inculcaron tanto en mi educación familiar como social. Vi en este ambiente a muchas mujeres sorprendidas por lo que vivían, preguntándose por qué no lo habían hecho antes. Ser libres sexualmente, hacer lo que deseamos es estar en armonía con el espíritu de la naturaleza. El swinger es un camino hacia esa dimensión, donde experimentamos el sexo en todas sus riquezas, donde recuperamos el control sobre nuestro cuerpo, sometido antes a la tiranía de la cultura dominante. Nadie se puede arrepentir del placer, siempre y cuando no enredemos el sexo con factores que le son ajenos. Siempre digo, el sexo con amor es especial y el sexo sin amor es placentero y absolutamente necesario.

 

LOS DATOS DUROS

Según el reporte del Instituto Kinsley, entre los encuestados en Estados Unidos en 1999, 37% por ciento de los hombres casados y 29% de las mujeres casadas admitieron haber mantenido al menos una relación adúltera. El mismo reporte -ocultado por la mass media- indica que el adulterio es inexistente dentro de la población que manifestó llevar un matrimonio al estilo swinger. Es decir ¡cero por ciento!

Las estadísticas acerca del tamaño de la población swinger varían de forma notable. Una investigación conducida por NASCA (una organización muy reconocida de sociólogos, 1993) arrojó como resultado que 15% de las parejas americanas han incorporado, en algún momento, el swinging a su matrimonio. Los estudios no relacionados con NASCA han dado resultados más conservadores aunque no por ello dejan de ser significativos. Hunt (1975) y Weiss (1983) estimaron que entre el 2 y el 4 por ciento de la cantidad total de parejas casadas han incursionado en el swinging al menos en forma ocasional. Bartell (1971) encontró que el número era del 1% y Cole y Spaniard (1974), basándose en una encuesta en una pequeña comunidad universitaria, encontró que el 1.7% había experimentado el swinging al menos por una ocasión.

Todo parece indicar que las variaciones en números corresponden a una curva ascendente, debido a la popularidad del movimiento swinger en épocas recientes.

Muchos de los estudios realizados a la fecha fueron hechos, salvo el de NASCA, en pequeños grupos en comunidades cerradas (Jenks, 1998). Y para hacer todo más complicado, es sabido que es extremadamente difícil obtener datos verídicos relacionados con la conducta sexual de las personas, debido a la misma naturaleza íntima y personal que el sexo tiene para el normal de las personas. (Smith, 1992; Bradburn y Seidman, 1979; Catanice, McDermott y Pollack, 1986)

En un estudio sobre datos en permisividad sexual de GSS realizado por Smith (1992), se detectó una estrecha relación entre valores religiosos y las actitudes hacia las aventuras extramatrimoniales, lo cual no es de asombrar. La inmoralidad y el pecado fueron los factores más cómunmente citados.

Curiosamente, los adultos divorciados o separados resultaron ser más permisivos que los que permanecían casados o habían enviudado. Las mujeres contestaron que aprobaban menos las relaciones premaritales y extramatrimoniales, pero se encontró que el tener un adolescente en casa traía la reducción de la permisividad sexual. Y no sorpresivamente, la identificación política más liberal resultó estar más asociada con una mayor permisividad.

Pero todas las investigaciones disponibles acerca de la población swinger se contradicen con los aparentes resultados de los datos recogidos por el estudio de GSS en la población en general, así como no encajaban en los puntos de vista expresados acerca de matrimonio y sexo.

Los datos de abajo explican por qué, cuando son consultados, muchos expresan puntos de vista predominantemente conservadores o moderados al ser entrevistados por los encuestadores, aunque el aumento en el número de afiliación a sitios swingers en la web así como la proliferación de clubes y grupos swingers en salones de chat es ya un hecho inocultable.

Los estudios encontraron que muchos swingers tienen ideas políticas conservadoras identificadas por ejemplo con el Partido Republicano de los Estados Unidos (Bartell, 1970; Jenks, 1986; Friendship Express, 1994; las entrevistas personales de McGinley, 1998; Williams, 1998). La mayoría cae entre las clases superiores y medias altas y suelen ser profesionistas o tener puestos de dirección en empresas (Friendship Express, 1994; McGinley, 1998, Williams, 1998; Jenks 1984; Levitt, 1988, Murstein, 1978;, Weiss, 1983). El 90% de los swingers americanos son blancos (Bartell, 1970; Jenks, 1985; Williams, 1998) La edad promedio es media 25-50 años. Jenks (1985) encontró que la edad media de los swingers es de 39 years, y Levitt (1986) encontró que es de 40.7 años. En encuestas realizadas en clubes swingers locales en los Estados Unidos, Williams (1998) encontró que casi todas las parejas eran de edad mediana y tenían hijos adolescentes y preparatoria o entrando a la Universidad. El Dr. Robert McGinley (1998), reportó que las parejas en su temprana madurez comienzan a adoptar el swinging como un estilo de vida, más que como una práctica ocasional.

LAS IDEAS RELIGIOSAS Y EL SWINGING

Pero la mayor contradicción se da en el área de las ideas religiosas:

Varios estudios arrojaron que entre los swingers NO existen grandes preferencias religiosas (Jenks, 1985; Murstein, 1978), aunque la información recientemte recolectada en los clubes swingers privados americanos, reconocieron asistir eventualmente a servicios religosos en el 47% de los casos.(Friendship Express, 1994; Miller, 1994).

Varios estudios han demostrado que el swinging es introducido al matrimonio primariamente por el varón (Hensel, 1973; Varni, 1974; citado por Jenks, 1998) aunque quien tomas las decisiones finales acerca de con quien swingear o no, es la mujer.

Antecedentes Históricos

Muchos creen equivocadamente que el movimiento swinger se inició en los Estados Unidos; en realidad, las conductas que caracterizan a este movimiento libertario, son tan antiguas como la Humanidad. Pero en su fase más moderna, comenzó en la Inglaterra victoriana, ya que justamente mientras mayor es la represión, también mayor es el ansia de libertad del ser humano.

Ya comenzado el siglo XX, los matrimonios residentes en las bases americanas comenzaron a romper la monotonía de su encierro obligado con la práctica del "wife-swapping", el intercambio de esposas (y lógicamente de esposos también) que para muchos norteamericanos define el estilo de vida swinger, aunque a decir verdad, este describe las conductas de amplio criterio en lo sexual lo que incluye el voyerismo, los tríos HMH y MHM, así como bisexualidad y soft-swinging donde no se llega al intercambio total.

 

Beneficios de ser swinger

 Quienes han experimentado esta práctica aseguran que la pareja se fortalece: los swingers son más felices en sus relaciones que las personas promedio, por lo que hacen que su vida en pareja funcione de mejor manera con mayor comunicación y comprensión.

Tienen una mayor excitación sexual. En este tipo de encuentros la libido aumenta y el placer que se experimenta es mucho más intenso, según los defensores y practicantes del swinger.

Previene la infidelidad. Al prevenir la infidelidad se previenen también las consecuencias traumáticas que conlleva para la pareja, porque se consiente que cada uno de sus miembros tenga relaciones sexuales con otra persona, pero siempre en presencia del otro.

Creo que se tiende a pensar que los swingers no sienten amor, por prejuicios. Las barreras sociales, la educación algo cerrada que ha existido hasta no hace tanto, (me niego a aceptar, que sigue en algunos lares) nos inclina a pensar que cualquier forma de vivir la sexualidad fuera del ámbito de la pareja entendida como dos a dos, es contrapuesto a querer. La consabida frase “si le amas, no le compartirías”, se puede rebatir con otras frases, como “si le das libertad y vuelve a ti es que te ama de verdad”. El “yo amo tanto a mi pareja que no soportaría verle besar a otra”, bueno, es un sentimiento legítimo para la gente que no lo ha vivido, pero la realidad es distinta, le amas tanto y te sabes tan amada que puedes permitirte el lujo de no dudar, de no sufrir el miedo al abandono, y dedicarte simplemente a saber que si sois capaces de ésto juntos, no habrá proyecto ni futuro que se os interponga en vuestro camino. Quizá deba recordar aquí, aquello que comento muchas veces: no es lo mismo imaginar que ver, no es lo mismo pensar en tu pareja con otra que vivirlo porque cuando lo vives, no es tu pareja con otra sino que sois los dos con otros.

Pero en definitiva lo que es absurdo es pensar que amor implica prohibición, exclusión, represión en cuanto a disfrutar de unos placeres que ambos desean. Amarse implica entenderse y andar un mismo camino por la senda que ambos elijan, si dos personas se aman y a su vez sienten curiosidad por abrir su sexualidad a más personas, ¿por qué no hacerlo juntas, dándose la mano, ayudándose en los quiebros del camino igual que lo harían en tantas otras parcelas de su vida?

  • Una forma de vida libre, en la que el amor y el sexo no tienen porque ir unidos.
  • Un comportamiento en la sexualidad de la pareja, sin tabúes, con un profundo respeto y sinceridad, del uno con el otro, que tratan de satisfacer plenamente sus fantasías.
  • Una forma de acabar con las mentiras, engaños celos y egoísmo.
  • Dentro de los swinger, no caben los secretos, por lo que hay una mayor confianza y compenetración dentro de la pareja.

Muchas parejas tradicionales critican esta forma de vida, y tachan de pervertidos o de obsesos sexuales a quienes lo practican.

Quizás les parezca mejor engañar a su pareja y tener relaciones a sus espaldas mintiendo día tras día, en lugar de reconocer que ha llegado una monotonía en su vida sexual y deben de buscar soluciones en conjunto y no por separado.

Los Swingers pensamos que es mejor ir con la verdad por delante y no engañar a tu pareja, que debe ser la persona a la que más quieres y con la que mas confianza has llegado a tener.


Sentir celos es parte de la naturaleza humana, es una respuesta emocional que ocurre como resultado de un complejo proceso psicológico que nunca es agradable. Por ello es que hoy te invito a intentar describir qué son los celos y por qué somos celosos.

 

Cuckolding, La Infidelidad Que Causa Placer

 

La infidelidad es uno de los motivos más frecuentes por el que las parejas terminan su relación, sin embargo, existe un nuevo fetichismo que busca este tipo de engaño para conseguir placer Cuckolding (“cornudo” en inglés) es un nuevo fetiche que ha crecido muchísimo en los últimos meses, y más parejas se unen a ella para duplicar su excitación.

Los cuckolds son aquellos hombres que permiten que su pareja o esposa mantenga relaciones sexuales con un hombre mientras él solo se sienta a observar.

El esposo usualmente es llamado “cuck” o “cuckold”, el otro hombre se define como el “bull” o “stud”; mientras que la mujer típicamente es identificada como “la esposa sexy” –sin importar que no esté casada-.

Este tipo de fetiche no se tiene que definir como una infidelidad, ya que la pareja tiene conocimiento de estas relaciones. Y si la mujer se encuentra sola con su “amante”, tampoco se tiene que comparar con el swinging o el wifesharing, porque son definiciones completamente diferentes.

Cuando la mujer se encuentra sola con su otra pareja, tiene que contarle a su pareja con lujo de detalles cómo fue su encuentro sexual, de esta forma el hombre sentirá placer a través de la experiencia de su esposa.

Los especialistas no tienen definido el por qué del placer que sienten los hombres al ver a su pareja tener sexo con otro, varias de las teorías van desde la bisexualidad o por el orgullo de tener una mujer sexualmente libre.

De acuerdo al doctor Leon Seltzer, el cuckolding es una manera en la que el hombre mantiene su poderío sobre la mujer, debido que es él quien permite estos encuentros sexuales lo que lo convertiría al esposo en el dominador. “Para estos hombres, garantizar a su esposa la libertad de expresar su sexualidad con otros varones es una fuente considerable de excitación”.

Sin embargo, otros lo toman como una forma de humillarse, ya que encuentran satisfacción con esta sensación. Esto se debe que al ver a tu pareja mantener relaciones con otro hombre con su consentimiento y sin participar, es una manera de sentirse inferior o lejano de ella.

Por: Archivo Eme de Mujer



 En México, el tamaño promedio del miembro masculino es de 15.10 cm y, mientras que diversos estudios mantienen que el tamaño en general no importa demasiado para conseguir placer durante el encuentro sexual, las mujeres sí lo consideran un problema cuando los centímetros no son socialmente suficientes.

Un pene pequeño no debería arruinar la experiencia ni la relación. Los grandes amantes lo hacen bien porque ponen atención a lo que una mujer realmente necesita, la respeta, cuida de ella y le es importante su placer y capaz de ofrecerlo de diferentes maneras.

Ya sabes lo que dicen: no es el tamaño del bote, sino el ritmo del océano lo que verdaderamente importa. Muchos hombres que no fueron muy bien dotados tienen otras habilidades en la cama para no depender enteramente del tamaño de su miembro.

Por su parte, si llegamos a preguntar, muchas mujeres no saben qué hacer con un pene pequeño. Y no tanto porque sepan que no les dará suficiente placer, sino porque los medios y la sociedad en general ha malinformado sobre el tema y nos han hecho creer que el tamaño SÍ importa.

No, un pene pequeño NO arruina la experiencia, pero lo malo es que son pocas las mujeres que se atreven a pensar que no lo haría. El problema en sí no es el tamaño, sino lo que pensamos al respecto.

Nuestra recomendación es que le des una oportunidad con la mente abierta: ¿y si es bueno en la cama a pesar de los centímetros? ¿Y si puede voltear tu mundo con su OTRO músculo?

Además, el anillo vibrador puede ser una excelente opción para complementar la experiencia. Sin mencionar que posiciones como la vaquerita y la de perrito mejoran la penetración.

Sin embargo, existen varias preguntas sexuales que todo hombre tiene y muy pocas veces se atreve a revelar. Ya sea por pena, machismo o simplemente, no parecer ignorante en el tema, muchos jóvenes y adultos, se guardan preguntas que le pueden servir durante una relación sexual.

El sitio minutouno de Argentina, enlistó algunas preguntas sexuales que todo hombre se llega a hacer durante su vida. En De10, te presentamos y ampliamos estas cuestiones del maravilloso mundosexual.

Importa el tamaño del pene. Un pene de gran tamaño puede ser atractivo para ciertas mujeres; sin embargo, un pene ancho y largo, no es garantía de una buena relación sexual, menciona el sitio femenino.info.

El tamaño promedio de un órgano reproductor sexual masculino es de entre 14 y 18 centímetros, señala size-review.com.

Existen penes de menor y mayor tamaño, pero todos pueden satisfacer a una mujer de igual forma ya que las zonas erógenas de su área genital pueden ser el sitio enplenitud.com.   


 

Está la monogamia anticuada?

Ahí se halla la eterna pregunta que se hacen numerosos expertos en el terreno amoroso. Si bien existen alrededor de 5000 especies diferentes de mamíferos en el mundo, se considera que tan sólo del 3 al 5% son monógamos de la misma manera que diversos estudios insisten que nosotros, los seres humanos tampoco parecemos ser monógamos por naturaleza.

Entonces, si no somos monógamos por naturaleza, ¿porqué basar los ideales románticos de nuestras sociedades es estos lazos para toda la vida ?

La monogamia: ¿regla social o necesidad biológica?

Teniendo en cuenta que la sociedad es una mera creación por y para el ser humano, se puede pues diferenciar entre las necesidades puramente biológicas y las necesidades sociales. En ese sentido se puede entender el sexo como una necesidad biológica mientras que las relaciones son una necesidad social.

Según un estudio llevado a cabo por Roger Rubin y titulado « Familias alternativas y modos de vida revisitados », se considera que tan sólo el 43% de las 238 sociedades que se estudiaron para esta investigación son monógamas. Resultados de lo más interesantes que ponen en el punto de mira los aspectos sociales y culturales que conllevan las normas de las relaciones sociales y de las relaciones amorosas. Si para la mayoría de los países occidentales, la monogamia es el ideal de una relación amorosa (y de hecho la única forma de relación socialmente aceptada), muchas otras culturas diferentes basan sus sociedades en otro tipo de lazos relacionales más allá de la monogamia.

Prueba de ello también son los numerosos estudios realizados en los últimos 50 años en relaciones con las comunas, el amor libre y las relaciones abiertas de los años sesenta : todos llegan a la misma conclusión, la monogamia no parece ser la norma para los seres humanos, sino más bien una imposición social.

Este último siglo ha sido protagonista de guerras, religiones y tradiciones fuertemente asentadas, sin embargo en los últimos años y en paralelo con el desarrollo tecnológico, nuestras sociedades para ir abriéndose poco a poco a nuevas posibilidades y nuevas formas de amor socialmente aceptado.

Existen numerosas « verdades » y formas de ver la vida que la gente que está en relaciones amorosas ha llegado a aceptar como normal. La resignación del deseo sexual, el abandono de la pasión por estar en una relación estable y de larga duración… temas que no solamente son universalmente sabidos pero además socialmente aceptados. ¿Es pues el sexo importante para la buena salud de una relación amorosa? ¿Es de verdad normal resignarse a la pasión?

Las páginas web de citas han abierto la puerta y borrado los estigmas antes relacionados con las diferentes maneras de estar en una relación. Ya sean solteros buscando una relación seria, una relación causal, amistad, swingers, encuentros gay, etc. las citas en línea se han convertido en el punto de partida de la libertad amorosa. De hecho diferentes formas de relaciones amorosas están empezando a disfrutar de más visibilidad y reconocimiento gracias a dichas páginas web de citas.

Monogamia es, al fin y al cabo, una elección, una forma de vida. ¡ Y definitivamente no es la forma de vida más sencilla ! Meg Barker, autora del libro «reescribiendo las reglas : una guía alternativa al amor, al sexo y a las relaciones argumenta que la « clave para tener una relación monógama es el permitir cierto espacio para la confusión sobre lo que es permisible y no es permisible en una relación ».

Así pues, sí a la monogamia pero abandonando los puntos de vista más desfasados y anticuados y « dando lugar a la incertidumbre » para poder incentivar la imaginación creativa en una relación amorosa

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